James Bond, el funcionario británico que está al servicio de
Su Majestad desde el 13 de abril de 1953, viajaba mucho, ahora, adopta el
aspecto de un turista, aparca las misiones secretas, decide visitar infraestructuras
turísticas, suele frecuentar destinos y estaciones turísticas de primer nivel,
por el momento, se plantea desplazarse a la República del Sudán, un Estado muy heterogéneo
en el que conviven las etnias árabe y negra, musulmanes y cristianos, en
concreto, al Al-Mogran, a su capital Jartum (o Khartoum) donde se ubica el Museo
Nacional, alberga colecciones de objetos antiguos, a saludar la Estatua del
faraón Taharqo de cuatro metros de altura dispuesta frente a la entrada
principal, o bien, aterriza en Francia, en esta ocasión, se traslada a su
capital París para visitar el Museo del Louvre con su pequeño cuadro de la
Gioconda, mientras toma la decisión, hace turismo en la capital londinense, en Trafalgar
Square, ahí, se encuentra el Galería Nacional (National Gallery) donde se exhiben
pintura europea desde el año 1250 a 1900 procedentes de la colección nacional
de arte del Reino Unido.
-. ¿Qué ves?
-. Un barco y otro barco.
Responde James Bond a Q. Ambos están sentados un banco en la
sala 34 y comentan el cuadro el Temerario”, de William Turner.
Este espía real se basa en el yugoslavo Dusan Popov, vive en
Stanley Gardens 1, primera planta, en Notting Hill. Se afeita en la barbería
Trumper’s, se perfuma con la colonia Nº 89 de Floris, le viste las sastrerías
de Savile Row, sujeta una copa de Martini, conduce su Aston Martini. Su lugar
de trabajo era la sede del servicio secreto exterior M16 antes de que lo
hiciesen explotar, se divisaba desde el puente Vauxhall Bridge, sobre el río
Támesis. Ahora, el centro laboral se ubica en un búnker subterráneo al que se
accede en barco, se sitúa en el norte de Londres, en el barrio de Camden Lock.
El escritor londinense Ian Fleming finaliza Casino Royale,
primera novela del agente 007 de la M16, agencia de inteligencia exterior del
Reino Unido, en el Caribe, en la isla de Jamaica, en un lugar de Golden Clouds,
se halla su casa conocida como Goldeneye -nombre de una operación- en la que pasaba
inviernos, escribe desde enero a marzo, excedía el tabaco y el alcohol, Fleming
crea a Bond.
Fleming estudia en Eton, trabaja para la Agencia Reuters, invierte
en Bolsa, participa en el Departamento de Inteligencia Naval en la Segunda
Guerra Mundial, publica para el grupo editorial Kemsley Newspaper y se aficiona
a la ornitología que le permite leer una guía de pájaros la cual la firmaba el ornitólogo
James Bond, de quien toma prestado el nombre para el protagonista de su saga.
El ornitólogo James Bond investigó 400 especies de pájaros.
En otra línea investigadora, enfocada a la literatura de viajes, Gabi Martínez[1]
escribe animales invisibles. Escucha el nombre de picozapato en Uganda. Viaja y
supera el Lago Kyoga. Recorre el Nilo
rumbo a la frontera sudanesa, a la sabana del sur de Sudán –se independizó del
Sudán-. Alcanza Uganda Wildlife Authority. Empieza su historia y una larga travesía. Narra ese viaje. Su misión es
descubrir animales invisibles.
¿A dónde iremos en el próximo viaje? ¿Dónde hará James Bond
turismo?
[1] Martínez, Gabi.,Animales invisibles
(Coeditados con Capitán Swing) (Spanish Edition) Nórdica Libros.
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