Los novelistas decimonónicos
se suben al vagón del caballo de hierro. Se desplazan por los camino
de hierro -chemin en fer-. El español Jacinto de Salas y Quiroga publicó en
1840 sus Viages. Viaja en tren.
La Europa del siglo XX se
funda en la liquidación del sistema político, jurídico, económico y social europeo
de mediados del siglo XVII. En España, en esa época, la
monarquía hispánica la rige la casa de los Habsburgo, pierde la Guerra
de los Treinta Años que el conflicto provoca un nuevo dibujo del mapa político
del Viejo Continente.
Desaparece Antiguo Régimen.
Cae
la monarquía absoluta o monarquía de derecho divino -ejemplo, la figura de Luis
XIV de Francia, apodado el Rey Sol,
El
Estado soy yo (L'Etat, c'est moi)-. Alexis
de Tocqueville anuncia su final en su libro Antiguo Régimen y Revolución en
1856. Indica que la Revolución francés se inicia en 1787 no en 1789 con la revuelta de los privilegiados cuando la aristocracia
se niega a pagar los impuestos. Hobsbawm lo llama Era del Imperio, es su fin. Aparece el régimen liberal democrático.
Se inician las grandes
revoluciones. Durante la segunda parte del siglo XVIII y comienzos del siglo
XIX emerge la primera Revolución Industrial. Se inaugura en 1848 la primera
línea férrea peninsular. Se conquista la velocidad. Florece una nueva sociedad durante la etapa decimonónica.
Se caracteriza por burguesa, industriosa, beligerante y agnóstica que refleja
la novelas.
El género literario de viajes lo impulsan los autores inscritos en los
movimiento literario denominados realistas -persigue el ideal de la objetividad-
y naturalistas -describe minuciosamente la realidad en todos sus detalles y
contiene un valor científico y de conocimiento-, surgen en el siglo XIX. Sus
autores Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán y Generación de 98 etiquetan
su actividad viajera como excursionista y se desplazaba, mayormente, por los trazados
ferroviarios españoles.
El viaje en tren aporta
plasticidad y colorido.