John
Urry
sostiene, Catedrático de Sociología, Lancaster University (Reino Unido), la
idea de que los mundos físico y social
están repletos de cambios, paradojas y contradicciones en su artículo ¿Complejidades
y futuros? Sentencia que cualquier sistema es, pues, “complejo”.
Corría la década de los
setenta. Se inicia la crítica a la modernidad -verdad absoluta versus verdad
múltiple-. Se asume la expiración de los cuatro relatos -sobre Cristo,
marxista, iluminismo (el relato de las luces) y capitalista- según Lyotard. Además, se pasa de una
economía de producción -un sistema de producción Fordista, esencialmente
vertical, consumo masivo Fordista- a una economía de consumo –un nexo más
disperso de producción y consumo de experiencias, Greg Richards, Profesor de la Universidad NHTV de Breda y de la
Universidad de Tilburg, consumo diferenciado post Fordista- por lo que se altera
las estructuras económicas -productores de experiencias turísticas, “vivir como
un lugareño”-.
Pues bien, en general, se asocia
el turismo a la era industrial. Korstanje
y Seraphin (2017) exponen que el
turismo es una cuestión moderna para los sociólogos. Gradualmente, varía esa
posición. El espacio turístico se circunscribe a una práctica social cambiante,
gira en torno a una pulsión consumista y se inunda de la modernidad líquida (Bauman,
2013). Donde se observa que el “viejo turismo” -empaquetar y estandarizar- se
transforma en “el turismo nuevo” -segmentado, flexible y hecho a pedido- propuesto por Poon (1993). En este
sentido, se afirma que el fenómeno del turismo es intrínseco a la
postmodernidad -entendida como reestructuración, oposición al movimiento moderno-.
Tal afirmación la modela Dean MacCannell
(1976), el defensor de una sociología del ocio, principalmente, con su libro El turista. Una nueva teoría de la clase ociosa y John
Urry (1990) con su libro Una mirada
del turista y su concepto tourist gaze o mirada turística. MacCannell sostiene
que hay normalmente un proceso de
sacralización que convierte a un artefacto natural o cultural en particular en
objeto sagrado del ritual turístico. Urry mantiene que todos somos casi todo el tiempo turistas, nos guste o no.
En conclusión, irrumpe el sujeto-turista como modelo del sujeto
postmoderno. Ambos científicos sociales auspician el “tourism studies”. Esos estudios turísticos
reflejan el cambio de la modernidad a la posmodernidad.