Baco visita al patriarca Noé. Se desplaza al creciente fértil. Se sitúa entre el Cáucaso y Mesopotamia. Busca el origen del vino.
Leyó Baco en el libro sagrado, la Biblia, que Noé se le conocía como el cultivador. Se detuvo en el Génisis, le cautivó la historia del profeta Noé, todo un viaje en el arca, cuando se baja de ella, averigua que lo primero que cultiva es una vid.
Se con vierte Noé, por tanto, en cultivador y, además, supo esperar a que diese frutos y lo recolectó y lo transformó -es el primero en la vinificación, adquiere la condición de vinificador.
Degusta su líquido, no lo cata, le gusta, no bebe con moderación y se emborracha.
Benoist Simmat desvela junto a Daniel Casanave la increíble historia del vino
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