El turismo, entre otros aspectos, es una conquista social, genera esta actividad recursos y se convierte en una expresión de la globalización. El turismo supone un desplazamiento geográfico, alumbra un encuentro entre culturas, irrumpen nuevas modalidades turísticas, en este contexto, nos conduce al turismo cultural.
Corre el año 1976, nos encontramos en Bélgica, adopta el Comité Internacional de Monumentos y Sitios -ICOMOS- a primera Carta de Turismo Cultural, se instala el turismo en la sociedad como un hecho social, humano, económico y cultural, se observa como un fenómeno social y se advierte su influencia en el hombre en general, y en los monumentos y sitios en particular. Sin embargo, se veía al turista como una amenaza para la integridad de los sitios visitados.
Pasan los años, evoluciona la actividad turística, marca el calendario el año 1999, nos ubicamos en México, se redacta ICOMOS una nueva Carta Internacional sobre Turismo Cultural, se denomina La Gestión del Turismo en los Sitios con Patrimonio Significativo, señala las causas de la conservación, proponen acceso a los sitos patrimoniales por lo que se obtiene ingresos para su preservación.
Por tanto, se varía la postura amenazante a una posición aliada para la conservación del Patrimonio.