Corría el año 1866. Se originan
acontecimientos claves en el campo de la invención en el norte de Europa, la
genética en el Imperio Austriaco y la narrativa en la Rusia zarista. Son hijos
de la europea decimonónica nuestros personaje viajeros cuyos padres son Immanuel
Nobel (ingeniero sueco -le introdujo a su vástago en la fabricación de
productos explosivos-, experimenta con nitroglicerina- y desarrolla una empresa
armamentística), Mendel (vivía en la pobreza, trabajaba como agricultor para un
terrateniente y se convirtió en un veterano de las guerras napoleónicas), y Mijaíl
Dostoievski (un médico militar ruso y familia noble, cuyo carácter se vuelve despótico
y brutal contra su descendencia, participa en el Ejército contra Napoleón).
El mercader de la muerte, Alfred Nobel, conoce toda Europa debido
a sus negocios, viajó a Estados Unidos, estudia química, regresa a Estocolmo,
descubre el manejo de la nitroglicerina -Ascanio Sobrero mezcla ácido nítrico
concentrado, ácido sulfúrico y glicerina en la Universidad de Turín, 1847-,
controla sus riesgos peligrosos a causa de su inestabilidad y, finalmente, inventa
la dinamita -significa poder en griego-. El científico genetista, Gregor Mendel,
ingresa como monje católico austriaco en la Abadía de los agustinos de Santo
Tomás, Brünn, le nombran abad del monasterio, se desplaza a Viena donde se
doctora en matemáticas y ciencias, se le considera el padre de la genética,
postula las tres Leyes fundamentales de la herencia biológica -Ley de la
Uniformidad, Ley de la Segregación y Ley de la Asociación Independiente- que
describe los mecanismos de la herencia y se fundamenta en su Ensayo Sobre Los
Híbridos Vegetales. El novelista ruso, Fiódor Dostoyevski se encuadra dentro de
la literatura realista, recorrió Europa en busca de inspiración, entrega la novela
el jugador a su editor Fiódor
Stelovski el 1 de noviembre de 1866.
El protagonista de la obra
es Aleksei Ivanovich. Representa a un joven tutor de una familia rusa que
tutela a los dos hijos del adinerado general retirado, Zagorianski, quien tiene
una hijastra, conocida como Polina, Apollinaria Prokófievna Súslova, de la que
se enamora Ivanovich para lograr atraerla juega a en el casino.
-.Y
esa ruleta, ¿dónde está?
Se apiñan emociones tahúres.
Se imagina que cuanto más gane más le querrá. Sin embargo, el desenlace será un
descenso al mundo de la adición.
-. Pero ¿cómo, tía? ¿No va usted siquiera a descansar del viaje? -interrogó solícitamente el general…-
¿El jugador es una obra sobre la ludopatía o sobre el viaje? ¿O, aborda ambos temas?