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martes, 5 de marzo de 2019

El viajero SoLoMo y su rastro digital


El “viajero” del siglo XXI es un consumidor SoLoMo y su rastro digital deja huella -la importancia del dónde-.

Convivimos en Internet, estamos en un mundo interconectado, aparece el fenómeno multipantalla -medio audiovisual- y el consumidor SoLoMo en la era de la multicanalidad -comercialización-. Ambos se basa en la pirámide Social, Local y Móvil.


Los medios de comunicación audiovisuales emplean tecnología multimedia, hacemos zapping, se observa en prime time en cualquier programa un zócalo de tuits -en búsqueda de ser trending topics- y en la parte superior el hashtag en twitter para comunicarnos en redes sociales y logar un mayor impacto en la audencia. Las características multipantallas son el uso del Smartphone - “segunda pantalla”-, Interacción y feedback - el consumo es social-,  poder de elección -canales y programas o la propia página web o las APPs-, narrativa transmedia, eventos en directo –streaming- y generar experiencias.

Sumergidos en la multicanalidad, emerge el concepto de SoLoMo, configurado en el contexto Social - mundo de las redes sociales- , Local -la localización en tiempo real- y Móvil -los dispositivos móviles-. Por tanto, la abreviatura SoLoMo hace referencia a usuarios que consumen contenido a través del smartphone, cerca del lugar geográfico en que se encuentran y que confían en lo que su comunidad opine. Lo sugirió Matt Cutts de Google en 2011.

Si solo nos centramos en la primera dimensión, Social se comprueba que se modifica nuestras relaciones. El consumidor está imbuido por las redes sociales. Lo corrobora el VIII Observatorio de Redes Sociales en diciembre de 2016. Si nos fijamos en el aspecto cualitativo, se constata que el usuario se muestra más natural donde aparece una vivencia natural en relación con las RRSS -se evalúa constantemente la cartera de contactos, se asemeja al plano físico-  y se buscan relaciones más auténticas y “reales” dentro del contexto implícito del show off de las RRSS -la burbuja del postureo se desinfla (centra la imagen en Instagram) y se desplaza a hacia lo auténtico –nofilter, nomaKeup,..- y el video se considera el formato más real y auténtico con que se explota el valor de lo instantáneo.
Además, se asume que existe un rastro digital puesto que se normaliza la ausencia de privacidad en la red -la ubicuidad y frecuencia de capturas, el remarketing y la publicidad contextual y la popularización de los smartphones y sus sofisticados mecanismos de geolocalización-, surgen dos nuevas actitudes ante el medio a la pérdida de privacidad el yo “consumidor” (social) -al aprovechamiento del conocimiento- y el yo “personal” (individual) –al miedo a las consecuencias del rastro digital.

Respecto al aspecto cuantitativo, constata que la conexión en tiempo es de 6 horas al día y el 31% de ese tiempo se lo lleva WhatsApp, en concreto, se estima  2 horas al día  seguido de FB Messenger y a distancia Telegram.  Se conforman  4 perfiles de consumidores -outsider, curioso, cliente, entusiasta- en cuanto al interés hacia las marcas.

Estamos hablando en un viajero que convive en el mundo de las redes sociales, navega por una localización en tiempo real y maneja con los dispositivos móviles. Todo ello posibilita el rastro digital del viajero SoLoMo.