Arranca agosto. Aumenta el
calor. Aprieta la sed. Es hora de beber una bebida refrescante durante el
aperitivo o la sobremesa. En concreto, degusta un tinto de verano.
Sugiere, para estos
momentos, el Diccionario de gastronomía un tinto de verano. Describe el término
del día como una mezcla de vino tinto y bebida gaseosa. Se toma con hielo y se decora con una rodaja de naranja o limón. Tiene distintas intensidades en función del líquido vertido. Se nombra clarito, lleva más gaseosa blanca, y cargado, se vierte más vino.
Se inventó a principios del
siglo XX. Lo idea Antonio Vargas Del Moral en su estableció de la Venta de Vargas en Córdoba. Combina tinto con sifón. Se hace celebre para mitigar las altas temperaturas veraniegas.
Existe otra explicación de su origen. Proviene, también, de la ciudad andaluza. Se pedía un Valdepeñas con gaseosa. Se acorta el nombre de la petición. Queda en Val-gas, se reemplaza con el tiempo la ele por la erre y termina conociéndolo como un vargas.
Existe otra explicación de su origen. Proviene, también, de la ciudad andaluza. Se pedía un Valdepeñas con gaseosa. Se acorta el nombre de la petición. Queda en Val-gas, se reemplaza con el tiempo la ele por la erre y termina conociéndolo como un vargas.
Realza la combinación el
boom turístico español en los años 60. Se sustituye en las casas español el
sifón por la gaseosa. En la actualidad se comercializa previamente elaborado.
Bebe un tinto de verano (Spanish
red wine and soda water drink -inglés-, vin rouge espagnol et soda -francés- y mistura
espanhola de vinho tinto com soda -portugués-)[1][2].
Tinto de verano, Enrique Tomás #quédiseñenellos! |
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