Describe Carcasona medieval,
Vitoria monumental, la Barcelona de posguerra, Berlín dividido por el Muro o el
Madrid más castizo nos proponen Planeta de libros como lectura para esta Semana
Santa.
Nos quedamos con dos libros
en este post. Ambos nos sitúan en la misma época, muestran dos ciudades distintas -La Gran Vía y las Ramblas, la Almudena y la Sagrada Familia, Adolfo Suárez Madrid Barajas y el Prat, Atocha y Sants, IFEMA y FIRA de Barcelona, Bario de Salamanca y el Paseo de Gracia,...- y el retrato lo configuran dos escritores españoles contemporáneos con sorprendentes manejo del lenguaje, de la estructura
y del estilo.
Un amanecer de 1945, Daniel
Sempere camina por las calles de Barcelona de la primera mitad del siglo xx,
vive en la calle Santa Ana, protagoniza una
visita al Cementerio de los Libros Olvidados -catacumba bibliográfica- y elige
el libro La Sombra del Viento -este ejemplar parte de una edición de dos mil
quinientos ejemplares impresa en Barcelona, por Cabestany Editores, en
diciembre de 1935 mientras que la edición original pertenece a la editorial Galliano
& Neuval, impresa en París, en noviembre del mismo año, lo escribe Julián Carax
quien narra la historia de un hombre en busca de su verdadero padre. Daniel
Sempere cuenta, con un compañero de estudios, Tomás Agilar…pone música. ¿Qué es, entonces, la "zafonmanía"? La Sombra del
Viento de Carlos Ruiz Zafón[1]
Tres años antes, en cualquier
día del Madrid 1942 -la fecha el autor-, discurre la vida en plena posguerra
con dulces paisajes (?), bulle la colmena durante tres días -un trozo de vida
narrado, dos días y una mañana del mes de diciembre de 1943 (si lo situamos en
la alusión a la conferencia de Teherán)-, se citan ciento sesenta personajes[2] en torno a la premisa que el
hombre sano no tiene ideas o, por el contrario, las ideas son una enfermedad,
predomina la pequeña burguesía venida a menos, quienes jamás descubren horizontes
nuevos; mayormente, denuncian la realidad de la sociedad española -gritan en el
desierto pues falta salud para rebelarse y decencia para mantener la rebelión-
por lo que, estamos hablando de la colmena de C. J. C., es un libro de
historia, no una novela -pero, es una novela reloj-, refleja la vida -…un pálido
reflejo… trascurre la sórdida vida cotidiana del Madrid de la posguerra - hay
mucha hambre, miseria, y enfermedades-… para
Doña Rosa, el mundo es su Café ,los clientes se apoyan en el costroso mármol de
los veladores que fueron lápidas en las
Sacramentales, todos fuman- (Fuma tabaco, bebe ojén[3], arrastra sus arrobas
entre las mesas, se sienta en la cocina, lee novelas y folletines,…, sonríe a
los clientes aunque los que odia en el fondo)…,- en sentido barojiano, utiliza
técnicas deformadoras de la realidad a través del personaje colectivo a modo
Valle-Inclanesco y muestra una visión humorística de la vida a la manera
ramoniana.
Pasea por la calle
Fuencarral Martín Marco, hilvana la colmena, alter ego del autor, se desplaza a
la calle de Narváez al bar de Celestino Ortiz, viaja en metro, Julio García
Morrazo es de Victoria… La Colmena de Camilo José Cela.
Lee sus paisajes, viaja y encuéntralos, si es posible, en Semana Santa
[2] Se trata
de un cálculo muy modesto por parte del autor; en el censo que figura en el
presente
volumen, José Manuel Caballero Bonald recuenta
doscientos noventa y seis personajes imaginarios y
cincuenta personajes reales; en total, trescientos
cuarenta y seis
[3] El ojén
es lo mejor del mundo; es estomacal, diurético y reconstituyente; cria sangre y
aleja el espectro de la impotencia. La colmena.
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