Vivimos una época que se
está produciendo un cambio en el tipo de
turistas en la que, en algunas
ocasiones, ha derivado en un sentimiento anti-turístico lo que produce una
disolución de la percepción optimista del turismo. El turismo es más que una Industria.
Los datos determinan un
incremento considerable turistas lo cual advierte de una universalización de la cultura del viaje. Las cifras turísticas
registran 1,235 millones de llegadas de turistas internacionales en el mundo en
2016, ese año se contabilizó 75,5 millones de visitantes en España, y el número
de visitantes internacionales que pasan la noche en el extranjero alcanzó los
1.300 millones en 2017 según la Organización Mundial del Turismo. ¿Estamos
preparados para un planeta con cerca de 2.000 millones de turistas?
Esta nueva situación de saturación
o masificación turística ha provocado la aparición de nuevas voces,
independiente de las fórmulas -Turismo inteligente- para encontrar una solución a esta nueva realidad.
La Ámsterdam con sus despedidas de soltero es un ejemplos
de sobreturismo que pueden derivar
en turismofobia como se manifestó en
Barcelona donde un graffiti expresaba los
turistas vuelvan a casa, los
refugiados son bienvenidos o en la turistificación
exhibida en la Venecia con las distintas
barreras instaladas a lo largo de la ciudad para dirigir a los turistas que
impulsó una protesta de la ciudadanía
local por los "puntos de segregación" –“es el último paso para
convertirse en Disneylandia"-. En España no existe masificación turística, más bien, ocasionan algunos desajustes
–incluso tensiones puntuales– en diversos lugares (Mallorca, Ibiza, Barcelona).
Estamos ante tres términos
relacionados con la masificación
turística. Así, sobreturismo se
compone del elemento compositivo sobre-,
que señala “intensificación o exceso”, y el sustantivo turismo que los inglés emplean la palabra Overtourism para designar el
exceso de turismo. Mientras que turistificación
es un sustantivo y su verbo turistificar
que la palabra alude al impacto que tiene la masificación turística en el tejido
comercial y social de determinados barrios o ciudades. Su alternativa se
materializa en turistización que indicar, de manera más neutra, que
algo se hace más turístico. De tal modo que la especialización semántica apunta
a que turistificación se centra más
en el efecto, generalmente —aunque no solo— negativo, y una turistización se coloca en un
punto más neutro, ya que puede resultar
muy útil en las informaciones. En cuanto a turismofobia
estamos ante un derivado bien formado a partir del sustantivo turismo y el elemento compositivo -fobia, que significa ‘aversión’ o
‘rechazo’. Es decir, se entiende como la “aversión o rechazo al turismo en general”.
Aunque se puede ser más concreto sugiriendo rechazo/aversión a la
turistificación, al turismo masificado…, según resulte más apropiado en cada
caso.
En fin, Fundéu BBVA nos lo recuerda que el sobreturismo es, además, una voz relacionada con la turistificación, que alude al impacto
que tiene la masificación turística en las ciudades, y de la que puede derivar,
en ocasiones, la turismofobia.
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